40 años de registro

.


Oscar Martínez, a sus 40 años, lanza su debut como escritor, junto a Sobras Selectas, de Alexis Argüello: “Diez de la Mañana de un Domingo sin Fútbol”. Cantidad de años y kilómetros recorridos, podría pensarse, para escribir un libro en primera persona a la altura de esta obra paceña que, cual Batman en Ciudad Gótica, llama Metropolitana a la ciudad de La Paz.

Con tanto por contar, de lo personal y lo ajeno, Oscar nos presenta cuentos nostálgicos sobre la infancia, las raíces y la inocencia, como La Alegría de mis Muertos, o historias que, de su mano, fotografían escenas de la sociedad paceña de la manera más fiel y accidentada, como El Cholo Burgués con los Señores Maquineros.

Con humor negro y la ironía que caracteriza al ser boliviano, protagoniza una obra de arte de lo maquiavélico, una oda al despropósito y una diestra función de malabarismo entre el azar y las causas: El Triste Oficio de Mentir.

Su lenguaje brinca entre lo elegante y lo amistoso, lo sarcástico y lo políticamente correcto, retratando la viveza criolla y el hilarante contraste entre lo establecido y lo improvisado, como en El Simulacro, donde, además, su trama va alternando realidades entre el narrador testigo, el acta escrita y las cámaras de televisión.

A pesar de ser un narrador presente, piensa más allá de sí mismo. Se lo puede considerar un observador, un testigo desafortunado o un coprotagonista de su propia vida, como en Rocky en los Andes, donde los recuerdos son inflados por el brillo de la inocencia, como cuando sentíamos que todo era más grande porque nosotros éramos más pequeños.

En contraparte, goza de crudeza para la fatalidad y tiene presente a sus muertos, a los que extraña y a los que no tanto, como en Ausencias Deseadas, donde el dolor tiene como sombra un pasaje de nuestra historia nacional que afectó a la vida como un gatillo.

Y luego están las chicas. Mariel, el primer amor que acabó por despedirse en la camilla de metal; las rubias del Cazador de Gringas, y las víctimas de la mentira en El Triste Oficio de Mentir. Parecen simples excusas puestas ahí para arrancar los deseos primitivos del narrador, como flores en un empapelado, pero no pueden, en su poder de personajes, evitar arrancar historias, como en Oídos, de Paredes en una Fila.

En muchos libros sucede que los autores van dejando remitidas a las mujeres al pasillo de los amores volátiles y las nalgas sin apellido. Y, sin embargo, El Juego Verdadero habla del amor. No sé si el amor es la pelota, o acaso la pelota será la mujer, o acaso el equipo contrario, o solo su arquero, pero en resumen, el amor es como el fútbol. A las 10 de la mañana de aquel domingo, a Oscar le faltaba amor.

Dos pasos allá del final fatalista de esta reseña, disfruté muchísimo el libro y lo recomiendo de todo corazón. Cortito pero contundente.

ISABEL SUÁREZ MALDONADO
Santa Cruz de la Sierra, enero 2018

Sobras Selectas | Celular/WhatsApp: (+591) 70147074
Sucursal La Paz, Bolivia: calle México, Nro. 1554, edificio Chuquiago, local 8 | Sucursal El Alto, Bolivia: calle 8, Nro. 41, Villa Esperanza