La Equis
Al leer esta novela ha sido
inevitable rememorar pasajes de mi niñez, sucederá seguramente lo mismo
con otras y otros lectores de este libro. El verse reflejadas y
reflejados en las diversas historias que se cuentan en este texto, como
niñas y niños pobres, hijas e hijos de migrantes que hemos vivido en las
zonas periurbanas y en este caso en nuestra ciudad de El Alto, primer
refugio para migrantes del campo a la ciudad en el occidente del país.
Es esa otra generación, la de hijos e hijas de migrantes, la que sufrió
los embates de la pobreza, pero que, al mismo tiempo, gracias al
sacrificio de quienes nos antecedieron en la ciudad, la que hoy tiene
más oportunidades para poder estudiar y poder concretar el sueño de
salir profesionales.
La
historia de esta novela es contada desde la perspectiva de uno de los
hijos de estas familias migrantes. Es una historia atravesada por la
figura de la madre ausente. Lo paradójico de este relato es que,
sorpresivamente, es la madre la que decide abandonar al marido y a los
hijos para irse con el amante. Me refiero a lo paradójico del caso
porque generalmente son los varones quienes incurren en este tipo de
abandono en nuestra sociedad, no solo de la pareja, sino de los hijos e
hijas, para iniciar una nueva familia sin mayor problema. Esto conlleva a
la irresponsabilidad paterna, práctica común en nuestra sociedad.
Este comportamiento en los hombres casi nunca es condenado o juzgado,
pues ellos tienen el permiso social, gozan de demasiados derechos en
comparación con sus deberes: muchísimas veces los varones tienen hijos
con diferentes parejas. Obviamente, para tal contexto, una mujer que
abandona a sus hijos o hijas es vista como “la mala madre”, pues la idea
que hay en los distintos grupos sociales es que “hasta los animales
tienen apego a sus hijos”, es eso lo que sugiere uno de los pasajes de
esta obra cuando cuenta la historia de la mascota: “El recuerdo de
aquella que no fue capaz de ser como nuestra Sonia, [la gata] y que por
voluntad propia decidió olvidarnos a mis hermanos, a mí y a ti papá.”
¿Por qué pasa esto? Creemos que es porque hay un modelo de madre
instalado en nuestra sociedad, la madre sacrificada, la madre abnegada,
la madre que ofrenda su vida por sus hijos y por su pareja y en
particular la chola, vista como un ser asexuado; La Equis, aquella que
decidió un camino diferente como mujer chola.
Percibimos que la novela, desde una escala de valores tradicional,
refleja la condena obvia a esta mujer, sataniza a “la chola equis”, la
mala madre. El padre es doblemente gratificado por el esfuerzo de haber
criado. La obra reproduce este esquema de valores impuesto por la
sociedad patriarcal.
No
obstante, en el epílogo, las últimas líneas nos ofrecen una ventanita
autorreflexiva que supuestamente daría a la madre la posibilidad de
resarcirse.
Considero
que en verdad tal es más bien una posibilidad para el personaje
principal —el hijo— de sanar sus heridas y despojarse de resentimientos
machistas que lo único que harían es amargarle la vida y hacerle
infeliz.
Este libro sin
embargo, y pese a nuestras críticas, no deja de ser cercano, ya que se
relata desde un contexto local. Cuenta, desde un lenguaje sencillo y
fluido, una historia que te envuelve en la lectura. Es un mérito también
el hecho de que esté escrito desde la ciudad de El Alto, por alguien de
El Alto, contando así su propia historia, sin intermediarios o
intermediarias.
YOLA MAMANI MAMANI
El Alto, marzo 2019